El evangelio: Jesús te da una relación que nunca se romperá
2 Corintios 5: 18-19
18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
¿Alguna vez alguien te ha dicho que era tu amigo, solo para abandonarte o, peor, traicionarte? ¿Alguien alguna vez ha roto su promesa de amarte y siempre serte fiel? Estoy seguro de que todos hemos pasado por ello. De hecho, debemos admitir que, en algún punto de nuestras vidas, nosotros fuimos los amigos infieles y los que rompemos las promesas. ¿Sabes el efecto que eso tiene en nosotros? Nos hace difícil confiar. No solo se debilita nuestra confianza en la gente, ¡sino también nuestra confianza en Dios!
A pesar de que eres una nueva persona en Cristo y que tus pecados se han perdonado, y a pesar de que Jesús dice que eres suyo y que Dios es ahora tu Padre celestial, en algún momento, fallaremos. Vas a pecar…de nuevo. Eventualmente, vas a sufrir por el pecado de alguien más. En esos momentos será muy difícil creer que Dios realmente te ama.
Por ello necesitamos mantener 2 Corintios 5:18-19 encadenado a nuestras mentes y nuestros corazones. La Biblia dice, lo que significa que Dios dice, que Jesús ha reparado la relación demolida que teníamos con Dios. Sí…la relación que nosotros rompimos con nuestro pecado. Sí…la relación que tu temes haber roto de nuevo por pecar otra vez. El versículo 19 dice que la vida, muerte y resurrección de Cristo garantiza que la promesa de Dios de amarte no será rota por causa de ninguno de tus pecados. Además, no hay ningún pecado que alguien pueda cometer en tu contra que te haga tan desagradable como para que Dios te de la espalda. Siempre tendrás un lugar en la Casa de Dios, en la mesa de tu Padre.
Eres perdonado. Tu hombre pecaminoso ha muerto con Cristo en la cruz. Eres puro y limpio. La sangre de Cristo te ha limpiado de una vez por todas. Nada ni nadie puede manchar tus vestiduras espirituales. Tú eres amado enteramente por Dios. Ahora y para siempre. Esa es la promesa de Dios. ¡Él siempre cumple sus promesas!
Ya sea que seas un nuevo cristiano o que hayas sido creyente por muchos años, me gustaría que pasaras algo de tiempo confiando, y obteniendo alivio, renuevo y seguridad, en el evangelio. Lee y reflexiona sobre Romanos 8:38-39: Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
- ¡El mismo evangelio que te hace nuevo en Cristo es el que te conserva nuevo en Cristo! Dedica hoy algo de tiempo para traer el pecado y vergüenza que hay en tu vida a Cristo, deja que Él te muestre que tú eres y siempre serás perdonado, puro, amado y aceptado.
- ¿Alguien ha envenenado tu corazón con mentiras? ¿“Dios no puede amarte por uno u otro pecado”? Pídele a Jesús que remueva ese veneno diciéndote la verdad. ¡Gracias a la obra de Cristo no hay nada ni nadie con el poder para separarte del amor de Dios!