El evangelio: Jesús te da una perfección invencible
2 Corintios 5:21
21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Mientras lees los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento (los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan) encontrarás algo impresionante acerca de la reputación de Jesús entre las personas religiosas de sus días. Él era conocido comúnmente como “Jesús, el amigo de pecadores”. Y no decían “amigo” como un cumplido.
Las personas respetadas, honradas, adineradas, poderosas y religiosas que estaban alrededor de Jesús pensaban que era absolutamente escandaloso verlo comer en los hogares de personas desdichadas y pecadoras. Ellos estaban ofendidos porque Jesús se sentaba y conversaba con ladrones, adúlteros e incluso prostitutas. Era aún más ofensivo el hecho de que Jesús perdonara sus pecados y les explicara que Dios los amaba. ¡Les decía que Él era el hijo de Dios y que tenía un lugar para ellos en su Reino!
Quiero terminar nuestra serie de cinco días de devocionales con las asombrosas noticias del evangelio, es tan inesperado y escandaloso ¡que ningún humano pudo habérselo inventado!
2 Corintios 5:21 es una de las oraciones, relacionadas al evangelio, más clara y hermosa de toda la Biblia. Los teólogos se refieren a este versículo como “El gran intercambio”
Déjame parafrasear este versículo: Jesús es Dios y es perfecto. Sin pecado. Sin embargo, Jesús y su Padre acordaron un plan, Jesús, quien es sin pecado, tomaría nuestro pecado para sí mismo y pagaría el castigo de muerte que merecemos. Mientras tanto, nosotros que somos pecadores, obtenemos crédito perfecto y santo de Jesús y el Padre en el Cielo ahora y por siempre nos tratará como a Jesús… ¡nos considera perfectos, puros y amados!
Piensa en la más baja de las prostitutas. Su cuerpo ha sido vendido a los placeres crudos de hombres que no la aman, puede que incluso en contra de sus deseos. Ha sido usada, abusada y esclavizada. Su propia familia está avergonzada. La sociedad está avergonzada. No tiene lugar en los hogares y negocios respetables. Ella es una mujer despreciada que ha pecado y contra la cual han pecado. Nadie limpio la tocaría jamás.
¡A excepción de Jesús! A la más impura de las prostitutas Jesús dice: ven, tomaré tus vestidos desagradables, viste mis vestiduras limpias, quiero que seas mi hermana. Mi Padre dice que tú eres su hija, una princesa en su Reino. Yo tomará tu culpa y sufriré el rechazo que tu mereces. Yo moriré en vergüenza y tú vivirás en honra. ¡Te amo!
¡Gracias al evangelio de Jesucristo tienes una perfección que es invencible! Nada en tu pasado, presente o futuro puede perforar o rasguñar la superficie hermosa y pulida de tu perfección delante de Dios.
- Agradece hoy a Jesús por lo que ha hecho, agradece a tu Padre en el Cielo por amarte, pídele al Espíritu de Dios que te ayude a mantenerte creyendo y confiando en lo que Él dice de ti, sin importar lo que pase.
- Si tienes algún pecado en tu vida, quizá secreto y escondido, te invito a que confíes en Jesús y lo confieses. Deja que Jesús te renueve, mostrándote que aún vistes las vestiduras limpias de la realeza de Cristo.
- Como príncipe o princesa comprométete a vivir en obediencia, como un hijo de Dios, buscando su poder para dejar el pecado de tu viejo hombre, el cual está muerto en la tumba donde lo ha colocado Cristo.